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jueves, 4 de abril de 2013

LAS PERLAS

Las perlas más conocidas son las consideradas como gemas o piedras preciosas, por su simetría y su particular lustre.
  
Las perlas naturales se forman cuando un cuerpo extraño penetra al interior del cuerpo del molusco, el cual reacciona cubriendo lentamente la partícula con una mezcla de cristales de carbonato de calcio y una proteína llamada conquiolina, formando la sustancia conocida como nácar.  Al cabo de un período variable la partícula termina cubierta por una o más capas de nácar, formando una perla, tardando aproximadamente 10 años en crearse.

Las perlas son de tamaño, color y forma variables.  El valor de la perla se determina en función de  tres criterios principales: su forma (por ejemplo, una esfera perfecta), el color (por la rareza de su color en la gama entre el blanco y el negro) y la talla.

El brillo de la perla proviene de la reflexión luminosa en la superficie cristalina, mientras que la tonalidad proviene de la variación luminosa en las múltiples capas de nácar translúcido que forman una perla cualquiera. Las perlas han sido apreciadas por bastantes pueblos desde la antigüedad debido a su rareza, belleza y extraordinario valor.

Existe otro tipo de perlas, las orientales que provienen de ostras pintadas y madreperla, y las perlas cultivadas criadas en piscifactorías.


Mantenimiento de las perlas

Los productos para el cuidado del cuerpo puede dañar las perlas: las lacas, cosméticos y perfumes contienen sustancias químicas que empañan el brillo de las perlas.  Se recomienda fuertemente ponerse sus joyas de perlas después de maquillarse y peinarse.
Las perlas están formadas por un organismo vivo, proteínas y 4% de agua, por lo tanto, pueden llegar a la deshidratación.  Se recomienda limpiar con un paño húmedo después de cada uso y antes de guardarlos.  Así vas estaremos seguros que estarán libres de cualquier producto nocivo y que mantienen su humedad.

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